El clúster de diferenciación 23 (CD23) se encuentra en los linfocitos B activados por la interleucina 4, los macrófagos activados, los eosinófilos y las células dendríticas foliculares, y es un receptor de IgE, un anticuerpo implicado en la inmunidad parasitaria. El CD23 está presente en las células de Reed-Sternberg en la enfermedad de Hodgkin. Las células dendríticas foliculares y los linfocitos B activados producen una fuerte tinción en los centros germinales y patrones débiles en las células B de la zona del manto. El CD23 es útil para diferenciar la leucemia linfocítica crónica de la leucemia de células del manto. Los linfomas de células B pequeñas a veces son positivos, mientras que los linfomas precursores B y T, las neoplasias mieloides y los linfomas de células T maduras se tiñen negativamente con Anti-CD23.

CD23, una glicoproteína transmembrana de tipo II, es una molécula clave para la activación y el crecimiento de las células B y funciona como receptor de IgE. El anticuerpo CD23 marca las células B activadas que expresan IgM/IgD y las células dentríticas foliculares. En tumores, el anticuerpo CD23 es útil en la identificación de leucemia linfocítica crónica (LLC) de células B, tumores de células dendríticas foliculares y linfoma mediastínico de células B grandes. Además, el anticuerpo anti-CD23 es útil para diferenciar la LLC del linfoma de células del manto, que es CD23 negativo.